sábado, 19 de mayo de 2012

Mas de treinta años encerrado.



Dimitri Kuvaldin es un hombre ruso, cuya madre lo mantuvo encerrado en su habitación durante 33 años. En el 2002, tras el fallecimiento de la mujer, el joven salió por primera vez a la calle.
La inusual historia de Dimitri se desarrolló en la ciudad de Saratov, en el sur de Rusia. A través de un video difundido por un periódico local, el joven relató cómo fue su vida en el medio de una reclusión tan extrema.
Dimitri reveló que su madre lo mantenía en ese estado para “protegerlo de los peligros del exterior”. La decisión de la mujer se llevó a cabo cuando su hijo había cumplido siete años, tras aprender a leer y escribir en una escuela, previo paso por una guardería.
La madre decidió recluir a su hijo cuando regresaba del funeral de su esposo y vio que unos niños se burlaban de él.
Durante todo ese tiempo, Dimitri leyó numerosas obras literarias rusas como las de Constantin Stanislavski y se hizo fanático de los cohetes de juguete.
Al recuperar su libertad trabajó como empleado de correo y actualmente recibe una pequeña pensión por discapacidad.

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