Las consecuencias fueron graves, estuvo en coma durante cuatro meses.
El joven no llevaba puesto casco, con la banal excusa de cuidar su peinado. Decisión que dio como resultado que el incidente le provocara daño cerebral.
Pese a que el pronóstico clínico era poco alentador, ya que los médicos dudaban que pueda sobrevivir; su padre Mark estuvo junto a Ryan todos los días de internación dándole fuerzas y pidiendo que tenga valor para abrir sus ojos.
Finalmente el milagro sucedió, Ryan Smith despertó y las primeras palabras que pronunció fueron: “Hola, mamá y papá”.
La emoción de la familia es inigualable y aunque son conscientes que aún quedan largos meses de rehabilitación no logran calmar la ansiedad de saber que el adolescente volvió a la vida.
El señor Smith está ahora realizando una campaña para que usar casco en bicicleta sea obligatorio, y de esta manera ayudar a los jóvenes a entender el peligro que no hacerlo puede significar.
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