domingo, 3 de noviembre de 2013

La vacuna VPH es absolutamente inefectiva y provoca efectos adversos.

El VPH no produce cáncer de cuello de útero y es eliminado por el 99,9% de las mujeres sin tratamiento medico al cabo de dos años. Cualquier anomalía en el útero puede ser detectada con el Pap y Colposcopia. En un caso extremo dentro del 0,005 % de las mujeres que contraen cáncer en argentina (acorde a cifras oficiales utilizadas para promocionar el fármaco) puede recurrirse a la cirugía. El cáncer de cuello uterino tarda de 15 a 20 años en desarrollarse y detectado con el Papanicolau y la Colposcopia, es causado por una falla inmune que puede corregirse. La vacuna contra el VPH causa una muerte por mesen Estados Unidos, como mínimo. Es fabricada por laboratorios Merck - "Gardasil" y Glaxo - "Cervarix". Dos compañías de la familia banquera Rothschild. Fue introducida a la Argentina por Elisa Carrió quien juntó miles de firmas y presionó para integrarla al calendario oficial obligatorio condenando a todas las niñas de 11 años.

Testimonio

Mi nombre es Katy Davis. Tengo 23 años, pero me siento atrapada en el cuerpo de una persona más vieja; constantemente vivo con miedo y asustada de no encontrar alivio para este tormento. El 22 de mayo de 2009, la vida como la conocía dejó de existir. Aquel día me inyecté mi primera dosis de la vacuna de Gardasil.

Antes del Gardasil era una adolescente saludablemente activa. Jugaba softball, amaba estar afuera y era muy lista. Nunca tuve problemas de salud y raramente iba al doctor. Era feliz, descuidada y amaba aprender cosas nuevas. Disfrutaba salir con mis amigos y con mi familia. Dos veces por año viajaba a mi hogar natal en Colorado a visitar a mis hermanos y a mi padre. Íbamos a acampar y a pasa el tiempo juntos. Soñaba con convertirme en una jugadora de softball profesional o una enfermera.

En 2008, tuve a mi hija. Inmediatamente después baje de peso y continué estando saludable y activa. Mi vida volvió a ser normal, con la particularidad de tener una hermosa hija con quien la compartí. No tenía idea como cambiarían las cosas rápidamente.

La vacuna de Gardasil es administrada en series de tres inyecciones. En muy poco tiempo, después de mi primera dosis en mayo de 2009, empecé a tener serios dolores estomacales. Le conté a mi madre sobre esto, pero me dijo que probablemente era debido a las secuelas de mi parto, y que con el tiempo se me iría. Pero después de meses de agonía, el dolor no se fue y empeoró. Vi muchos doctores, pero ninguno me aporto alguna respuesta.

El 8 de septiembre de 2009 visité a un nuevo medico por mis repentinos problemas de salud. Durante aquella visita, luego de varios estudios realizados, notaron que no había recibido mi segunda dosis de Gardasil. Nadie relacionó mis dolores de estómago con la misma, pero me dijeron que siempre tuve dolores de estómago y que podía ser más propensa a contraer cáncer cervical. Aterrorizada por esta declaración y sentirme intimidada, decidí darme la segunda serie de dosis.

Inmediatamente después, comencé a experimentar severos problemas de ansiedad. Una vez más visite a muchos doctores, y otra vez no tuve respuestas a estos problemas. Ellos simplemente me prescribían más medicación que me afectaba cada vez más.

Luche durante varios años tratando de aceptar que estos sucesos formaban parte de mi vida. Todavía busco la manera de aliviar mi dolor. Estaba deprimiéndome. Incluso mi propia familia cuestionó si todo estaba “en mi cabeza” porque cada doctor que visitaba me decía que no tenía nada malo. Me sentía sola y desolada. Nadie se había dado cuenta, incluso yo misma, que los nuevos síntomas que me aquejaban se relacionaban con las inyecciones de Gardasil.

A pesar de que el hecho la vacuna de Gardasil normalmente se da en un periodo de 6 meses, el 5 de marzo de 2012 uno de mis médicos me notifico que no me tendrían que dar y administrar la tercera serie de inyecciones. Mi saludo tomo un giro inesperado para peor después de haber recibido la última dosis de Gardasil.

Mis nuevas condiciones médicas fueron las siguientes:
* Ardor en dedos y la clavícula;
* Dolor en dedos y muñecas;
* Migrañas;
* Confusión y “neblina” cerebral;
* Problemas en la memoria
* Respiración corta;
* Escalofríos y temblores;
* Brotes de calor y cambios en la temperatura corporal;
* Dolor de pie, cadera y rodilla;
* Pies hinchados;
* Dolores de espalda y estomago;
* Nauseas;
* Mareos;
* Momentos diversos de debilidad;
* Aumento del ritmo cardiaco;
* Moretones “salidos de la nada”
* Fatiga;
* Sentir perder el control de mi cuerpo;
* Dolor pélvico;
* Aborto involuntario
* Quistes de ovarios;
* Cambios de humor, ira y agresión.

La lista sigue y cambia todos los días. Siempre aparece un nuevo síntoma. Mis dolores de estómago empeoran cada vez más. Tengo muchos quistes en mis ovarios y recientemente perdí un embarazo de 14 semanas.

Tengo una hija de cinco años y todos los días me esfuerzo para poder jugar con ella. Me estoy perdiendo su crecimiento y disfruta de su vida día a día. A veces me pregunto si voy a ser capaz de ser bendecida con más hijos algún día.

La vacuna de Gardasil no solamente tomo mi salud, sino también quien soy. Perdí mi personalidad en algún lado durante esta horrible enfermedad. Cada día es una batalla constante entre mi cuerpo y yo. Mi cuerpo me dice que no puedo hacer nada pero me acuesto en mi cama con miedo. Mi corazón me dice que me levante y pelee. Algunas noches me despierto acostada sintiéndome derrotada y me pregunto cuando voy a morir.  Empiezo a tener miedo porque estoy aterrorizada con morirme. Mi vida tiene valor.

Honestamente, lo más difícil de todo esto es sentir que no tengo a nadie con quien hablarlo; nadie entiende cómo se siente. Trate con muchos de estos problemas y me mantuve aislada porque estaba cansada de que nadie me crea. No puedo comenzar a describir que tan desolada y solitaria me hace sentir.

No fue hasta que alguien en mi familia se dio cuenta de que tenía los mismos problemas al inyectarse la dosis de Gardasil hasta que las cosas cambiaron. Ahora hay dos de nosotros, mi familia está empezando a ver cómo afecta nuestras vidas. Están comenzando a ver que el único elemento común es Gardasil.

Gardasil es una batalla que voy a pelear cada día porque no estoy lista para perder esta guerra. Quiero compartir mi historia porque no quiero que nadie más se sienta como los que están solo cuando combaten los efectos del Gardasil.

Quiero asegurarme que muchas mujeres no se vean afectadas por esta vacuna.

Leandro Gabriel Villalba
Fuente del testimonio Sanevax Inc
BWN Argentina

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