domingo, 17 de noviembre de 2013

Después que los funcionarios de planificación familiar de China obligaran a Gong Qifeng a abortar cuando estaba embarazada de 7 meses, la mujer desarrolló una severa enfermedad mental, que ella atribuye directamente a la brutal política de un sólo hijo que rige al país.

Ben Johnson
Ciudad de Linyuan, Provincia de Hunan, China, 9 de agosto de 2013 (Notifam.net) – 
Desde el aborto de su segundo hijo en noviembre de 2011, Gong desarrolló un fuerte sentimiento de que la gente iba a lastimarla, síntomas que se agravaron al ver a un funcionario de gobierno.
Los medios chinos informan que los médicos en Shaoyang le diagnosticaron esquizofrenia en junio, aunque ella asegura no tener antecedentes de la enfermedad mental.
Su esposo, Wu Yongyuan, dijo que los funcionarios de planificación familiar llevaron a su esposa al Hospital Lianyuan, diciendo que él había esperado demasiado para pagarles una multa que hubiera permitido a la pareja quedarse con su hijo.
Según el vicedirector de obstetricia del hospital, Wu Yongqin, un funcionario de planificación familiar llamado Xiao Xiaochao firmó con el nombre de Gong en un formulario de consentimiento al lado del suyo. La jefa de enfermería en obstetricia coincidió en que Gong había sido llevada por la fuerza al hospital.
Otro funcionario dijo que tres funcionarios de planificación familiar la escoltaron al hospital.
Después de inyectarle a su hijo una solución, el parto inducido para expulsar al bebé ya muerto duró 30 horas.
A Gong no le permitieron tocar al bebé, que fue rápidamente sacado de la sala y enterrado en una colina cercana.
La familia, que proviene de la ciudad de Anping, está demandando al gobierno por daños y perjuicios.
Si su enfermedad mental fue causada por las medidas de control de la población del Estado, ella para nada está sola. China ostenta haber evitado más de 400 millones de nacimientos desde que instituyó la política de un solo hijo en 1979.
Las estadísticas publicadas en marzo demostraban que los médicos chinos habían realizado 336 millones de abortos, 196 millones de esterilizaciones y 403 millones de colocaciones de dispositivos intrauterinos (DIU), la mayoría de ellos de manera obligatoria.
En 2009, 500 mujeres chinas se suicidaron, lo que le otorga al país la tercera tasa de suicidio femenino más elevada en el mundo. Sin embargo, los hombres no tenían una tasa de suicidio comparable, lo que llevó a los expertos a cuestionarse si el régimen de reducción de la población de Beijing era lo que ocasionaba este desequilibrio.
Numerosos estudios han demostrado una conexión entre el aborto y la enfermedad mental cuando una mujer lo elige por “libre albedrío”, aunque muchos abortos en los Estados Unidos se creen son bajo coerción. Un metaestudio publicado en julio por la Universidad de Siena que analizó 30 estudios previos descubrió que las mujeres que abortaron tenían muchas más probabilidades de desarrollar enfermedades mentales más adelante en su vida.
El año pasado un estudio: “The Impact of Prior Abortion on Anxiety and Depression Symptoms During a Subsequent Pregnancy: Data From a Population-Based Cohort Study in China” [El impacto de un aborto anterior sobre los síntomas de ansiedad y depresión durante un embarazo posterior: datos de un estudio de cohortes en función de la población en China] publicado en el Bulletin of Clinical Psychopharmacology (Boletín de Psicofarmacología Clínica), encontró que las mujeres chinas que abortaron tenían un 49 por ciento más de probabilidades de sufrir depresión durante un embarazo posterior.
Reggie Littlejohn, presidente de Women’s Rights Without Frontiers, presentó una “Demanda respecto del control coercitivo de la población” ante la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de las Naciones Unidas (CCJSM) el 1° de agosto.

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