La última foto es su rostro antes del terrible hecho que cambió su vida para siempre. Luego de numerosas operaciones hoy manifiesta: “Cuando me miro al espejo, me veo a mí mismo”.
Los médicos han mejorado notablemente la vida del muchacho de 37 años de edad, después de realizar uno de los más complejos trasplantes de cara en la historia, dándole nuevas características, dientes, lengua y mandíbula.
“Cuando me miro en el espejo, veo a Richard Norris”, dijo recordando la conexión inmediata que siente con su nueva cara”.
“Cuando yo estaba desfigurado, simplemente caminar por la vereda implicaba que la gente por poco se rompía el cuello para mirarme”.
“Ahora… nadie me presta atención. A menos que me conozcan personalmente, que no saben que soy un paciente de trasplante de cara. Este es el objetivo que teníamos”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario