jueves, 23 de mayo de 2013

“Una dieta mediterránea con adición de aceite de oliva virgen o frutos secos parece mejorar la capacidad mental de las personas mayores mejor que una dieta baja en grasa”.


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 Según una investigación publicada en la edición ‘on line’ de ‘Journal of Neurology, Neurosurgery & Psychiatry’, “Una dieta mediterránea con adición de aceite de oliva virgen o frutos secos parece mejorar la capacidad mental de las personas mayores mejor que una dieta baja en grasa”.
Los investigadores de la Universidad de Navarra, basan sus conclusiones en: “análisis de 522 hombres y mujeres de edades comprendidas entre 55 y 80 años sin enfermedad cardiovascular pero con riesgo vascular elevado por otras condiciones, como diabetes tipo 2, presión arterial alta, un perfil de grasa en la sangre desfavorable, sobrepeso, antecedentes familiares de enfermedad cardiovascular precoz y ser un fumador”.
Fueron asignados al azar a una dieta mediterránea con aceite de oliva añadido o frutos secos o a un grupo de control que recibió consejos para seguir una dieta baja en grasas normalmente recomendada para prevenir ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares. Tuvieron chequeos regulares con su médico de familia y controles trimestrales sobre su cumplimiento de la dieta prescrita.
La dieta mediterránea se caracteriza por: “el uso de aceite de oliva virgen como principal grasa culinaria, alto consumo de frutas, frutos secos, verduras y legumbres, de moderado a alto consumo de pescado y mariscos, baja ingesta de productos lácteos y carnes rojas y consumo moderado de vino tinto”.
Luego de un promedio de 6,5 años, se pusieron a prueba para detectar signos de deterioro cognitivo mediante un examen del estado mini mental y una prueba del reloj, que evalúan las funciones cerebrales superiores, incluyendo orientación, memoria, lenguaje, habilidades visuoespaciales y visuoconstrucción y funciones ejecutivas como el trabajo de memoria, atención y pensamiento abstracto.
Al finalizar el  periodo de estudio, 60 participantes habían desarrollado deterioro cognitivo leve: 18 de los de la dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva, 19 de los del grupo de la dieta con adición de frutos secos y 23 en el grupo control. Otras 35 personas desarrollaron demencia: 12 en la dieta de aceite de oliva, seis en la dieta con añadido de nueces y 17 en la dieta baja en grasas.
Las puntuaciones medias en ambas pruebas fueron significativamente mayores para los que siguen una de las dietas mediterráneas en comparación con los de la opción baja en grasa. Estos resultados se mantuvieron independientemente de otros factores influyentes, como edad, antecedentes familiares de deterioro cognitivo o demencia, presencia de la proteína ApoE-asociada con el nivel de la enfermedad de Alzheimer, educativos, niveles de ejercicio, factores de riesgo vascular, ingesta de energía y depresión.
Los autores reconocen que: “el tamaño de la muestra era relativamente pequeño y que debido a que el estudio incluyó a un grupo de alto riesgo vascular, no necesariamente sus hallazgos son aplicables a la población general”. “Pero se trata del primer ensayo a largo plazo que examina el impacto de la dieta mediterránea en el poder del cerebro y se suma al creciente cuerpo de evidencia que sugiere que un patrón dietético de alta calidad parece proteger la función cognitiva en el envejecimiento del cerebro”.

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