miércoles, 8 de mayo de 2013

Según datos publicados en la revista de la Asociación Americana para la Investigación del Cáncer ‘Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention’, “Los cambios en la distribución o el metabolismo de estrógenos pueden ser uno de los mecanismos por los que el ejercicio aeróbico reduce el riesgo de cáncer de mama de la mujer”.



Mindy S. Kurzer, profesora en el Departamento de Ciencia de los Alimentos y Nutrición de la Universidad de Minnesota en Saint Paul (Estados Unidos)  dijo que: “Los estudios observacionales sugieren que la actividad física reduce el riesgo de cáncer de mama, pero no hay estudios clínicos que explican el mecanismo que hay detrás de esto”.
“Este estudio muestra que el ejercicio aeróbico influye en la forma en que los cuerpos descomponen los estrógenos para producir más de los metabolitos buenos que reducen el riesgo de cáncer de mama”.
Kurzer y sus colegas: “llevaron a cabo un ensayo clínico con mujeres que incluía a 391 sedentarias jóvenes y mujeres premenopáusicas sanas. Se asignó aleatoriamente a las mujeres a dos emparejamientos por edad e índice de masa corporal: un grupo de control de 179 mujeres y un grupo de intervención de 212 mujeres”.
“Mientras que las mujeres del grupo de control siguieron un estilo de vida sedentario durante todo el periodo de estudio, las del grupo de intervención realizaron 30 minutos de ejercicio aeróbico moderado a vigoroso cinco veces a la semana durante 16 semanas, entre los que se incluían la cinta de correr, subir escaleras o la máquina elíptica”.
“Se  ajustaron la intensidad del entrenamiento para cada individuo de modo que la frecuencia cardiaca máxima fue uniforme entre todos los participantes. El 86 por ciento de los participantes del grupo control y el 78 por ciento del grupo de intervención completaron el estudio”.
Los investigadores recogieron muestras de orina de 24 horas durante tres días consecutivos antes de iniciar el estudio y en tres días consecutivos al final. Usando una técnica llamada cromatografía líquida / espectrometría de masas en tándem para medir la cantidad de tres estrógenos precursores, E1, E2 y E3, y nueve de sus productos de degradación llamados metabolitos en muestras de orina de los participantes.
Según Kurzer: “el metabolismo de los estrógenos favoreció la producción de un metabolito llamado 2-hidroxiestrona (2-OHE1) por encima de uno llamado 16alfa-hidroxiestrona (16alfa-OHE1), lo que resulta en un aumento en la relación de 2-OHE1/16alpha-OHE1, que se ha relacionado con una reducción en el riesgo de cáncer de mama”.
La  investigadora y sus colegas hallaron que: “el ejercicio aeróbico condujo a un aumento en la cantidad de 2-OHE1 y una disminución en la cantidad de 16alfa-OHE1, lo que llevó a un aumento significativo en la proporción 2-OHE1/16alpha-OHE1. No hubo cambios en la relación de 2-OHE1/16alpha-OHE1 en la orina de los participantes del grupo de control”.
“El ejercicio se sabe que favorece la aptitud y mejorar la salud del corazón, pero también es probable que ayude a prevenir el cáncer de mama al alterar el metabolismo del estrógeno. Es muy importante, sin embargo, descifrar los mecanismos biológicos detrás de este fenómeno”.

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