El hecho ocurrió en la ciudad de Cabo Frío, Brasil, cuando la paciente llegó al Hospital d Mujeres con fuertes dolores abdominales, los que dijo, eran contracciones por su embarazo.
Ella presentaba todo los síntomas de un embarazo, vientre abultado y nauseas, pero solo se trataba de un embarazo psicológico.
Los médicos no hicieron ninguna resonancia antes de la cesárea porque creyeron en la versión de la mujer y al no escuchar los latidos del bebé, pensaron que su vida corría peligro, por lo cual ordenaron la cirugía de urgencia.
Al abrir el vientre, descubrieron que no había bebé alguno y que se trataba de un embarazo psicológico. De hecho la mujer estaba tan convencida de su gestación que alteró los resultados de los análisis prenatales que daban negativos, porque ella pensaba que estaban en un error.
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