El pequeño tuvo hundimiento de cráneo, desprendimiento de un párpado, cortes en la cara y una mordida profunda en el cuello, que afortunadamente no afectó la arteria aorta.
“Ahora lo que más preocupa es el riesgo de infección. Nos dijeron que estuvo mal haber matado al perro porque ahora no podemos saber qué pudo haberle transmitido”, dijo el padre de la criatura.
Y agregó: “Se la bancó como un león pero no se desmayó nunca. Cuando pudieron abrirle la boca al perro, Tizi se paró y salió corriendo. Cuando yo llegué al hospital me hablaba: «Hola papi, mirá, me mordió un perro, ¿me traés una Coca?»”.
El ataque ocurrió en Lomas de Zamora cuando Tiziano se encontraba en casa de su tía, propietaria del perro, el cual saltó sobre la cabeza del niño cuando éste estaba a punto de entrar a la pileta. Nadie se explica por qué. El can había sido criado con una niña de la misma edad de Tiziano y jamás había mostrado consductas agresivas.
En el momento del ataque, pasaron eternos minutos hasta que pudieron abrirle la boca al perro, que había trabado su mandíbula tras morder al pequeño. El dueño del animal que se llamaba Choco, lo terminó ahorcando con un cinturón para que soltara al niño.
“No quiero echar culpas pero siempre les dije ‘esos perros no me gustan’. Nadie debería tener a esos perros como mascotas”, dijo el padre con los ojos llenos de lágrimas, según consigna Clarín.
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