Los familiares de Lorna Baillie, una abuela de 49 años, quedaron devastados cuando el equipo médico le retiró el tratamiento después de pasar tres horas tratando de reanimarla.
La familia se reunió alrededor de su cama del hospital para despedirse, cuando 45 minutos más tarde, el esposo, Baillie John, de 58 años, le susurró ‘Te amo’, fue en ese momento que se sorprendieron al ver que su color poco a poco comenzaba a mejorar.
Una enfermera presente en la sala les aseguró que se trataba de un efecto secundario normal por el tratamiento de emergencia prolongado.
Pero la señora Baillie comenzó a parpadear y a realizar movimientos, que según la enfermera eran: “Movimientos involuntarios”.
La familia le exigió a la enfermera que llamara a un médico.
Una de las hijas, Leanne Porteous, de 31 años, dijo: “Le pregunté a la enfermera si era normal que me apretara la mano y que había abierto los ojos y me dijo que era normal”.
“En un momento mi papá le dijo, “Lorna volvé, Te amo”, y luego ella estaba allí de nuevo”.
La señora Baillie, una jardinera entusiasta y paseadora de perros, colapsó en su casa a las 4:30 pm el 10 de febrero.
Los paramédicos lucharon por reanimarla antes de llevarla al Hospital Real de Edimburgo, donde, a las 20:45, un médico le dijo a la familia que ella había muerto.
Leanne dijo: “Sus palabras fueron que estaba técnicamente muerta, pero tuvieron que esperar hasta que ella dejó de respirar antes de que su médico la declarara muerta”.
La señora Baillie continuó recuperándose, y la semana pasada fue trasladada de cuidados intensivos a una sala común.
Una resonancia magnética reveló ayer que no presenta daño cerebral evidente.
El doctor David Farquharson, director médico del NHS Lothian, dijo: “Se le había informado a los familiares que se preparen para lo peor, pero se comprobó que sus signos vitales habían regresado. Este tipo de recuperación es extremadamente rara y continúan investigando sobre lo ocurrido”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario